Si un año será diferente para Ford será el 2025, ya que alcanzará un hito histórico en México: sus 100 años. Este aniversario va más allá de una fecha, ya que significa un testimonio de la profunda relación entre la compañía y el país, marcada por su impacto económico, social y cultural que tanto se evidencia en la actualidad.
Los inicios de Ford en México
La historia de Ford en México comenzó en 1925, cuando la empresa fundada por Henry Ford estableció su primera planta de ensamblaje en la capital. Todo era muy distinto en aquel entonces, dado que era un país que apenas comenzaba a industrializarse. Por eso la llegada de esta compañía implicó un antes y un después.
A pesar de la falta de caminos pavimentados en aquella época, el icónico Model T ya circulaba por el territorio mexicano y hasta llevaba consigo un nuevo estándar de modernidad. Henry expresó su visión transformadora: fabricar automóviles y contribuir al desarrollo económico y social.
La planta en San Lázaro y el surgimiento de la colonia Industrial desencadenaron una ola de avances: desde inversiones significativas hasta la promoción de la educación técnica. En 1931, el fabricante estadounidense impulsó la creación de la primera preparatoria técnica que sentaría las bases para el desarrollo académico y tecnológico del país.
Un siglo de innovación y crecimiento
Bajo el lema “100 años abriendo camino en México”, Ford celebra su legado mientras mira hacia el futuro. A lo largo de este siglo fue sinónimo de innovación. Desde la producción del Model T hasta los actuales modelos eléctricos como el Mustang Mach-E, lideró la transformación de la industria automotriz azteca.
Ford opera actualmente en tres plantas clave que justifican su liderazgo y cualidad de referente a nivel mundial:
- Cuautitlán: allí se ensambla el Mustang Mach-E, un símbolo de la transición hacia la movilidad eléctrica
- Hermosillo, hogar de la producción del Bronco Sport y Maverick
- Chihuahua, especializada en motores de alto rendimiento
Además de su impacto industrial, está claro que la firma del rombo azul logró su otro objetivo: generar miles de empleos directos e indirectos y consolidarse como un motor de desarrollo económico en el país.
Desafíos y claves más importantes
Está claro que el camino no ha sido fácil. En 2019, Ford enfrentó desafíos significativos, como la necesidad de fortalecer su red de distribuidores y replantear su estrategia de mercado. Pero siempre mantenimiento la esencia que tanto la distingue y se replica en cada uno de los segmentos.
Este esfuerzo incluyó un enfoque renovado en la rentabilidad y en ofrecer vehículos que realmente respondieran a las necesidades del consumidor mexicano. Y un año más tarde padeció la pandemia de Covid-19 que tanto afectó la producción y ventas.
Resultados positivos y lo que se viene
Si de resultados se trata, los números transmiten una sensación muy positiva. Con una participación del 4% en unidades comercializadas y cerca del 8 del volumen monetario del mercado automotriz mexicano, Ford demostró que la calidad y la innovación son clave para su liderazgo.
A todo esto se suma el compromiso con la sostenibilidad, la satisfacción del cliente y la excelencia en la manufactura. No se percibe a simple vista y mucho menos al andar en alguno de los vehículos, pero sí es esencial para contar con un lugar especial en la industria y hasta expandirse a otros mercados.
Con su centenario a la vuelta de la esquina, Ford planea celebrarlo en grande. Se esperan eventos que incluirán exhibiciones de modelos clásicos, lanzamientos exclusivos y actividades que resalten su legado. Dado que restan unas semanas para 2025, el cronograma aún no se dio a conocer.