Un Ford GT Moulin Rouge de 1932 se subasta

Moulin Rouge, el Ford GT que se subasta y sorprende como pocos

Cuando se habla de los hot-rod se hace referencia a piezas fundamentales de la cultura automovilística estadounidense; representaciones vivas de una época dorada en la historia del motor. En este contexto, el Ford GT conocido como Moulin Rouge que sobresale en todos los aspectos se subasta.

En pocas palabras, se distingue y sorprende positivamente por su diseño, potencia y legado único que lo convierte en una verdadera joya de colección. Ahora, está disponible para subasta en Mecum Auctions y capta la atención de entusiastas de todo el mundo. Su historia, importancia para la marca y más.

Ford GT Moulin Rouge

Un pedazo de historia americana

Adquirir el Moulin Rouge implica obtener una pieza de la idiosincrasia estadounidense. Es decir, trasciende la acción de comprar un auto usado. Este Ford Coupé de 1932 es un ejemplar de la era dorada de los hot-rods, un periodo de abundante creatividad y pasión por el automovilismo.

Originalmente fabricado por Ford, este vehículo fue transformado a mediados de los ‘50, cuando un joven de 19 años llamado Bill Breece lo convirtió en un ícono del hot-rodding. Así, estableció un punto de inflexión como muy pocos y no hay tantos precedentes de algo de esta índole.

El renacer del Ford Coupé 1932

Aunque el Coupé salió de fábrica en 1932, recién más de dos décadas encontró su verdadera identidad. En Ohio, Bill Breece lo volvió un hot-rod que rápidamente ganó notoriedad.

El motor original V8 Flathead del Moulin Rouge fue sustituido por un poderoso V8 Oldsmobile 303 que mejoró el rendimiento y, además, fue clave en sus triunfos en carreras y exhibiciones.

Breece también modificó la carrocería. ¿Cómo? Reduciendo la altura del techo en tres pulgadas y añadiendo elementos personalizados, como biseles traseros y luces de un Pontiac 1950. Estas alteraciones optimizaron su apariencia y sus performances, sobre todo en las competiciones de aceleración de la época.

GT Moulin Rouge y su motor

Un hot-rod de alcance internacional

La reputación del Ford Bill Breece Coupé trascendió las fronteras locales. En 1955, ganó una categoría en las carreras de aceleración de la National Hot Rod Association en Kansas. Al año siguiente obtuvo el reconocimiento máximo al aparecer en agosto de 1956 en la portada de la revista Hot Rod.

En un contexto en el que tener alcance internacional no era habitual, el Moulin Rouge se consolidó como una celebridad de la cultura automovilística. Y había razones fehacientes, tanto por fuera como por dentro y al andar.

El Moulin Rouge de los hot-rods

El Ford GT Moulin Rouge luce actualmente un diseño que refleja la evolución del vehículo a lo largo de las décadas. Su exterior combina un rojo granate con detalles en negro y plateado, mientras que el interior destaca por su rojo intenso.

Una unidad del Ford GT Moulin Rouge

Bajo el capó, alberga un motor V8 502 de Chevrolet, instalado por un propietario en los ‘80 que representa un homenaje a las intenciones originales de Breece. Este último planeaba modernizarlo con un bloque grande que garantizara un rendimiento sobresaliente. Y vaya si no lo consiguió.

A qué precio se subasta

Este GT poderoso, consagrado y restaurado se subastará por un precio estimado entre 100 y 125 mil dólares y promete ser una adquisición invaluable para cualquier coleccionista. Se lo puede calificar como símbolo de una era, como una obra maestra automovilística y como algo realmente único.

Si alguna vez hubo un coche que mereciera el título de obra de arte sobre ruedas, este Ford Coupé 1932 lo encarna a la perfección. Además, su antigüedad de casi un siglo también fija un precedente.

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