Los vehículos o carros coupé no son los más demandados ni tampoco los que más frecuentas marcas, tanto tradicionales como premium. Sin embargo, cuando aparecen adquieren rápida notoriedad por sus altas prestaciones, cualidad de lujosos y, por sobre toda las cosas, por su formato especial.
Así, hay un carro coupé de una compañía que marcó un antes y un después como pocos. Esto se debe principalmente a que provenía de un modelo ya histórico para aquel entonces y que seguiría escribiendo capítulos durante los años siguientes.
Peugeot 306 Cabriolet, el carro coupé más destacado
El Peugeot 306 Cabriolet, hecho en colaboración con Pininfarina, es el descapotable más emblemático de los años ‘90 por tres claras razones: su elegante diseño, altas prestaciones y su participación en la campaña publicitaria que protagonizó Ray Charles y dirigió Gérard Pirès.
Rodada en el Gran Lago Salado de Utah, la campaña se centró en las sensaciones que el vehículo podía ofrecer:
- Tacto de los materiales
- Emoción de su gama de motores, especialmente el 2.0 lts de 16V de 135 CV
- Experiencia de conducción al aire libre
El anuncio se abre con las manos de Ray Charles recorriendo la carrocería, capota, asientos y consola central. El momento culminante llega cuando se enfoca su rostro, mostrando su inconfundible sonrisa mientras conduce el vehículo. Así, evoca la misma felicidad que transmitía en sus interpretaciones musicales.
Tres décadas de recuerdos y un vehículo que no pasa de moda
Este año se cumplen 30 años de la campaña publicitaria con el PEUGEOT 306 Cabriolet como protagonista. Con el sello distintivo de Pininfarina, se consolidó como un vehículo premium de los ‘90. Más allá de lo que se puede apreciar en las imágenes, era muy avanzado en motorización y equipamiento. Respecto a lo primero, había dos alternativas:
- 1.6 de gasolina con 90 o 100 CV
- 2.0 de 123 o 135 CV
Cabe destacar que se vendieron 77750 unidades en nueve años del 306 Cabriolet, una cifra más que importante para un carro coupé.
Otros detalles sobre la campaña que llevó al Peugeot 306 Cabriolet al éxito
El escenario elegido para el rodaje, el Gran Lago Salado de Utah, brindaba un entorno seguro y grandioso. La dirección de Gérard Pirès, conocido por su posterior trabajo en películas como Taxi (1998), protagonizada por el 406, aportó una visión única al anuncio.
Con Ray Charles, ciego desde los 7 años, como estrella principal, había que transmitir más que solo el atractivo visual del coche. En este sentido, la emoción y las sensaciones se convirtieron en el centro, dado que se demostraba que lo esencial es invisible a los ojos, en línea con lo que aseguraba Antoine de Saint-Exupéry en "El Principito".
La expresión de felicidad de Ray Charles al volante del 306 Cabriolet de la firma del león, semejante a la que exhibía al interpretar clásicos como "Georgia on My Mind", capturó la esencia del placer de conducir, superando cualquier eslogan publicitario.