El Attitude, el sedán mediano que se renovó en 2024, es uno de los modelos más importantes de Dodge en el mercado norteamericano. Mientras la compañía atraviesa un momento complicado y se ve rezagada respecto de la competencia, el regreso de las siglas R/T (Road/Track) promete reforzar la imagen deportiva y aumentar las ventas.
No se trata solo de la incorporación de dos letras y un símbolo. El nombre oficial del vehículo es ahora Dodge Attitude R/T y busca también revivir una tradición muy valorada por el público tradicional. No altera (para bien o para mal) la esencia del vehículo, pero sí le proporciona un salto.
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El anuncio sorprendió a propios y ajenos, ya que no estaba previsto o, al menos, no se había filtrado en ningún lado. Es cierto que en lo técnico y en materia de equipamiento no hay modificaciones para el Attitude actual y la gama sigue compuesta por las variantes SXT, Sport y GT.
En este contexto resulta inevitable preguntarse por qué el cambio de nombre. Desde la marca estadounidense no revelaron las respuesta, aunque hay dos posibles:
- Establecer cierta distancia con otras generaciones del Attitude para demostrar que es superior y, por ende, una opción muy recomendable en el segmento.
- Posicionarlo más como un auto deportivo a partir de su perfil más dinámico y juvenil.
La clave de esto último sería el motor turboalimentado de 1.5 litros que entrega 168 CV y 227 Nm de torque y se acopla a una transmisión automática de doble embrague y siete velocidades que le permite pasar de 0 a 100 km/h en menos de 7 segundos. Así, es uno de los más rápidos de su segmento.
El precio del Dodge Attitude R/T oscila los 22053 dólares según su versión y mercado. Por eso puede ser considerado un deportivo económico. Y ya no solo por su motor y rendimiento, sino también por el regreso de las siglas que resaltan dicha condición.
R/T, mucho más que una sigla deportiva
Cabe mencionar que México es el principal país donde este modelo se vende y que el regreso de R/T implica una comercialización que no sucedía hace casi 20 años. De hecho, las siglas parecían haber quedado en el olvido, luego de una importante trayectoria.
La historia de R/T data de los ‘90, cuando el Chrysler Spirit las incorporó tras su lanzamiento en 1991 para destacar por su potencia y desempeño general. Luego hicieron lo propio el Phantom y Stratus. Este último se sumó más adelante a la gama Dodge.
Dado que fueron varios modelos y que no todos eran iguales o del mismo estilo, hay quienes se refieren a una saga de sedanes turboalimentados que cesó en 2006 con el retiro del Stratus de segunda generación. R/T no desapareció por completo, ya que se mantuvo en los Durango, Charger y Challenger, pero no como antes.
Así, la gran sorpresa radica en el retorno de un símbolo propio de un tipo de vehículo cada vez menos demandado. Incluso los recientemente mencionados comparten en al menos una versión los motores Hemi V8 que estaban próximos a ser retirados de forma definitiva. Y no, vuelven a decir presentes como hace varios años.
Dodge actualiza la identidad del Attitude, pero de un modo muy particular. En lugar de, por ejemplo, convertirlo en SUV para atraer a un público más amplio, lo reconecta con una tradición que marcó y mucho a una generación.
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