Rolls-Royce, con motor V12 y nuevos modelos

Rolls-Royce NO descontinúa su motor V12 y lanza de un nuevo SUV

Rolls-Royce prepara un nuevo SUV 100% eléctrico que se posicionará por debajo del Cullinan. Al mismo tiempo, confirma que no descontinuará al menos por unos años su motor V12, por lo que ofrecerá lo clásico y lo más moderno en simultáneo.

¿Qué se sabe sobre el nuevo modelo de Rolls-Royce?

Rolls-Royce es el fabricante de los autos más lujosos y exclusivos. Bajo esta característica, busca fortificar su propio legado con mejores modelos y con la máxima eficiencia. En este sentido, los trenes motrices eléctricos tienen mucho sentido, ya que aporta suavidad y una experiencia de manejo silenciosa clave. 

Por este motivo, la compañía británica planea expandir su gama de vehículos eléctricos más allá del actual Spectre, el cual recibirá un restyling en los próximos años. Mientras tanto, está confirmado que su próximo EV será un SUV más pequeño que el Cullinan, aunque hay que esperar hasta 2026 para conocerlo y 2027 para verlo en las carreteras.

No está claro si este nuevo modelo compartirá su tren motriz con el actual Spectre, pero, como aún resta un tiempo para su lanzamiento, es posible que Rolls-Royce esté utilizando baterías y motores eléctricos más avanzados para ese momento.

Un sedán en preparación, la otra gran novedad

Hacia finales de esta década, Rolls-Royce presentará un nuevo sedán que también será eléctrico. El objetivo es que se convierta en el sucesor del icónico Phantom. Eso significa que tiene grandes expectativas que cumplir y necesitará ser un éxito rotundo si la compañía quiere convencer a los compradores de que incluye mejoras en todos los aspectos.

Y eso no es todo. Rolls-Royce está planificando también el futuro del Spectre, su modelo eléctrico. Aunque debutó hace pocos años, contará con una versión renovada en 2027. No está claro qué mejoras se harán, pero es probable que incluyan actualizaciones en el tren motriz y la tecnología.

¿Por qué continúa el motor V12 y para qué vehículos?

La marca con sede en Chichester, Reino Unido, tomó la decisión de continuar con el propulsor V12 biturbo de 6.7 litros, lo que no pasa inadvertido para nadie por dos razones: por un lado, el mayor protagonismo que anhela darle a los eléctricos o libres de emisiones. Por otro, el hecho de que la combustión va rumbo a limitarse e incluso prohibirse totalmente en Europa.

Sin embargo, los retrasos en la aplicación de ciertas normas y la postergación de electrificar el 100% de las flotas por parte de distintas compañías llevó a Rolls-Royce a lo más seguro. Es decir, a seguir ofreciendo una mecánica que abunda de confianza y que mantiene un nivel de satisfacción muy elevado. Se espera, además, que lo haga hasta finales de la década.

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