El Ford Mustang es mucho más que un automóvil, a punto tal de que su nombre ya permite pensar en un superdeportivo con decenas de variantes que escaló a lo más alto a nivel mundial. Con más de 60 años de antigüedad, sigue evolucionando y estando a la vanguardia.
Hay quienes definen a este modelo como un icono cultural que trasciende décadas, estilos y generaciones. Desde su surgimiento dejó una huella imborrable en el mundo automotor y en la cultura pop. A continuación, los 5 más destacados, sus respectivas características y todo lo que se debe conocer.
Mustang Shelby GT350 (1965)
Proviene nada menos que del primer Ford Mustang, el cual fue diseñado como un coche accesible para el público joven, pero con la llegada del Shelby GT350, alcanzó un nuevo nivel. Nació de la colaboración entre la marca estadounidense y Carroll Shelby, uno de los nombres más legendarios.
Con un motor V8 que entregaba alrededor de 300 CV, el GT350 sobresalía por su potencia, pero por sobre todas las cosas por su maniobrabilidad. Brilló tanto en las calles como en las pistas y tuvo un breve pero significativo protagonismo en la película Le Mans '66 (2019), donde se retrata parte de su desarrollo.
Shelby GT500 (1967-1969)
Representa otro hito histórico. Se convirtió en un símbolo del poder norteamericano que se popularizó como Eleanor en 60 Segundos (2000). Su protagonismo allí no fue casual, sino la consecuencia de ser uno de los más deseados por los coleccionistas.
Fue el último modelo en el que Carroll Shelby colaboró directamente con Ford antes de que su relación se enfriara. Aunque su producción se detuvo en 1970, su legado quedó intacto, y el GT500 revivió en 2007 para continuar su historia, con un diseño imponente y un motor V8 que hacía rugir su esencia.
SVO (1984-1986)
En los años 80, Ford rompió el molde con el Mustang SVO, un modelo que optó por un enfoque más europeo. En lugar del habitual motor V8, utilizaba uno de 4 cilindros en línea turboalimentado de 2.3 litros, una elección influenciada por las tendencias de la época.
Aunque su potencia era de 206 CV, muy escasa para un muscle car, dejó una impresión duradera gracias a su diseño innovador y su enfoque en la eficiencia. Asimismo, su producción limitada lo transformó en una pieza codiciada por los entusiastas del Mustang.
Mustang GT (2005)
Con el Mustang GT de 2005, la compañía del óvalo azul regresó a sus raíces al reinterpretar el diseño clásico de los años 60 y ‘70. Así, este deportivo en particular significó un renacimiento, y no de cualquier forma, sino combinando la estética retro con los avances tecnológicos más requeridos como una suspensión mejorada y motores más eficientes.
El éxito del GT fue global, a tal punto de que atrajo tanto a nostálgicos como a nuevos aficionados al automovilismo. Asimismo, se destacó en Death Race (2008), donde apareció como un coche blindado conducido por Jason Statham.
Mustang Bullitt (2019)
El Ford Mustang Bullitt de 2019 es un homenaje directo al legendario modelo que protagonizó la película Bullitt (1968) junto a Steve McQueen. Si bien se inspira en el GT de su época, esta edición especial incluye detalles exclusivos que evocan la nostalgia como pocos.
La estética minimalista, el característico color verde oscuro y el sonido inconfundible del motor V8 hacen del Mustang Bullitt una pieza de colección. Sus diferencias técnicas con otros contemporáneos son mínimas, pero se distingue por su carga emocional y su estatus como tributo a una de las películas más importantes.